Descripción
En el libro Gustad y ved: 30 Meditaciones en los Salmos sobre bondad de Dios, encontramos meditaciones sobre el grandioso libro del Antiguo Testamento, escrito en gran parte por el Rey David.
La bondad de Dios brota de su naturaleza, no de nuestros merecimientos.
Max Lucado dijo en una ocasión que un hombre le preguntó a uno de sus colaboradores: «¿Qué precedente bíblico tenemos para ayudar al pobre que no tiene deseos de hacerse cristiano?»
El colaborador respondió: «Dios».
Así es cada día Dios lo hace con millones de personas.
La bondad de Dios es una de las doctrinas más ignoradas en el corazón del hombre.
Por un lado, algunos suelen pensar que la bondad de Dios los excusa para vivir una vida de pecado, pensando que Su bondad ignora sus faltas.
Por otro lado, algunos pudieran pensar que han pecado tanto, que la bondad de Dios ya no es para ellos.
Ambas posturas, de acuerdo a la Biblia, son imprecisas, pues ignoran que la bondad de Dios es una bondad justa que castiga el pecado, y a la vez es una bondad llena de gracia que cubre todo mal.
Sí, encontrarnos con un Dios que es todopoderoso, santo, justo, omnipresente y omnisapiente seguro debe ser aterrador.
La Biblia nos advierte que «horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo» (Heb. 10:31, RVR1960).
Pero, es este mismo Dios al que el salmista nos invita a conocer: «Gustad y ved que es bueno Jehová; Dichoso el hombre que confía en él» (Sal. 34:8,
RVR1960).
Un Dios soberano y todopoderoso no sería de consuelo para ningún ser humano, si ese Dios no fuera bueno.
Pero qué maravilla que el Dios que gobierna y controla todas las cosas, no solo puede salvarnos, sino que también quiere.
Tal es la bendición de Salmos sobre la bondad de Dios.